GALILEA, Nombre dado a la parte más septentrional de la
cordillera al oeste
del Jordán, probablemente derivado del hebreo galil (que significa, círculo,
región). Aparece ocasionalmente en el Antiguo Testamento (Josué 20:7; 1 Reyes
9:11 y, posiblemente, Isaías 9:1).
La última cita mencionada que primitivamente
formaba parte de las tierras adjudicadas a las doce tribus. Pero, debido a la
presión ejercida por los pueblos del norte, la población judía se sometió a un
rey no judío proveniente del norte. Durante el período de los macabeos habitaban
allí pocos judíos y la influencia gentil llegó a ser tan fuerte que más tarde
Galilea se separó del resto de Palestina durante medio siglo. Tal vez perteneció
en esta época a la zona gobernada por Fenicia. Más tarde fue de nuevo colonizada
por judíos, y esto, junto con la diversidad de población, contribuyó al
menosprecio que los judíos del sur tenían por los galileos (Juan 7:52).
Muchos cultos populares originados en las culturas alrededor del
Mediterráneo se propagaban en esta región gentilizada de Israel. Ciertos restos
arqueológicos demuestran la presencia de estos cultos en Samaria, Fenicia, Siria
y las grandes ciudades de Galilea, especialmente en Tiberias.
En tiempos de Cristo, Galilea era un territorio rectangular de unos
cien kilómetros de norte a sur y de unos cincuenta kilómetros de este a oeste.
Al este lo bordeaba el Jordán y el lago de Galila y estaba separado del
Mediterráneo por la llanura sirofenisa. Tras la conquista de Palestina por
Pompeyo (63 antes de Cristo), Galilea se convirtió en un distrito del reino
MACABEO de Hircano II, cuya capital era Séforis. Luego llegó a formar parte del
reino de HERODES EL GRANDE (37 al 4 antes de Cristo) y después de la tetrarquía
de Herodes Antipas (4 antes de Cristo al 37 después de Cristo). Más tarde aun,
se agregó al reino de Herodes Agripa II (39 al 44 después de Cristo) y, por
último, se incorporó a la provincia romana de Judea.
Cortada del resto del país, Galilea nunca fue parte integral
de la "tierra prometida". Sin embargo, este fue el pueblo que proporcionó un
hogar para Jesús y sus primeros discípulos y constituyó su primer campo
misionero. Antes de la Pasión, la mayoría de las narraciones evangélicas se
sitúan en los alrededores del mar de Galilea.