Diccionario Ilustrado
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Prosélito

     Prosélito (en griego, agregado, el que se acerca ). Término que llegó a denominar al convertido de una religión a otra. En la Septuaginta se usa en el sentido de "forastero" ó "EXTRANJERO"; aquel que sin ser judío moraba en Israel y merecía un trato bondadoso (por ejemplo, Levítico 19:33 ; Jeremías 22:3 ). A pesar de sus muchos privilegios,
inclusive religiosos, el forastero no podía celebrar la Pascua sin ser previamente circuncidado ( Éxodo 12:48 ). Esta legislación representaba los primeros pasos hacia una actitud más abierta con los que no eran israelitas de nacimiento.

Hasta el tiempo del cautiverio y de la DISPERSIÓN , parece que los judíos toleraban a los extranjeros, pero no hacían ningún esfuerzo por incorporarlos al judaísmo. Pero para fines del siglo IV antes de Cristo la actitud había cambiado, quizá porque en su dispersión los judíos convivieron con pueblos gentiles desconformes con su propia religión. Algunos manifestaban el deseo de saber más de la religión hebrea, la cual les parecía superior.

Poco a poco los judíos comenzaron a fraternizar con estos interesados y a indicarles cómo seguir las pautas morales y participar en la adoración de Jehová. El término "prosélito" comenzó, entonces, a aplicarse a una persona de otra religión y raza que había adoptado la moral y la fe de los judíos.

No todos los líderes israelitas estaban contentos con la admisión de los gentiles; algunos se burlaban de los prosélitos que se judaizaban por motivos sentimentales, económicos, políticos o supersticiosos. Sin embargo, el proselitismo crecía, aun a veces por la fuerza, como en el caso de Juan Hircano, quien forzó a los idumeos a aceptar la religión hebrea (MACABEOS).

Antes de la era cristiana había dos clases de prosélitos. Unos eran los "de la puerta" (Éxodo 20:10 ), es decir, los simpatizantes que guardaban la moral hebrea y adoraban a Jehová pero sin circuncidarse ni adoptar todo el ritual judío. A esta clase pertenecían probablemente los griegos mencionados en Juan 12:20 , Cornelio ( Hechos 10 ) y otras
personas llamadas "devotas" y "temerosas de Dios" ( Hechos 13:16 ; 18:7 ). La otra clase de prosélitos eran los "de la justicia", o sea, los que aceptaban todo el "yugo" de la religión hebrea y se habían sometido a la CIRCUNCISIÓN , la inmersión en agua, y luego la presentación de un sacrificio.

Teóricamente, cuando el prosélito cumplía con estos requisitos era considerado como judío de nacimiento, pero en la práctica triunfaba muchas veces el exclusivismo de los "circuncidados al octavo día" (compare Filipenses 3:5 ) que se creían el pueblo escogido por la sola razón de haber nacido israelitas. Por ejemplo, los prosélitos podían asistir a los cultos en el templo, pero no debían entrar más allá de los atrios destinados para ellos.

Jesucristo reprochó el tipo de proselitismo practicado por algunos FARISEOS (Mateo 23:15 ), cuyo afán de hacer adeptos produjo "convertidos" más fanáticos e intolerantes que los mismos judíos. Lejos de ser una misión evangelizadora, esta actividad reclutaba a las personas por medio de la propaganda religiosa. Las palabras de Jesús posiblemente indican que estos prosélitos no eran numerosos.

No obstante, muchos prosélitos menos rigurosos y muchos temerosos de Dios se agregaron al número de la iglesia cristiana gentil, porque los primeros misioneros hallaron en ellos un terreno preparado para el evangelio (Hechos 13:16, 43; 16:14 siguiente; 17:4; 18:7).