Diccionario Ilustrado
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Satanás

     SATANÁS (del hebreo, satan, que significa enemigo, adversario). Acusador del pueblo escogido y enemigo de Dios por excelencia. Genéricamente, puede aplicarse a todo opositor ante un tribunal (Salmos 71:13; 109:6; 1 Samuel 29:4), pero como nombre propio se refiere al DIABLO.

     El origen de Satanás no se afirma de una manera explícita, pero parece evidente (como creía la iglesia en su época más temprana) que hay una referencia a él en Ezequiel 28:12-19, bajo el nombre de rey de Tiro, como "querubín protector de alas desplegadas"; todas las piedras preciosas y el oro eran también vestidura suya, resplandecientes de luz reflejada; tenía su lugar en Edén, el huerto de Dios, y estuvo en el santo monte de Dios.

Era perfecto en todos sus caminos desde el día en que fue creado, hasta que se halló maldad en él. Esto difícilmente podría aplicarse al príncipe de Tiro (Ezequiel 28:1 al 10) como ser humano, pero las Escrituras lo atribuyen al rey de Tiro. Es muy indicativo el cambio que hay de príncipe (hebreos: "nagid", conductor) de Tiro (Ezequiel 28:2) a rey (hebreos: "melek", rey). Tiro, en su sabiduría y hermosura mundanas, es considerado moralmente como la creación del rey y dios de este mundo, y acabará su carrera en condenación en el lago de fuego.

     En su caída, Satanás arrastró a un vasto número de criaturas menos celestiales con él (Apocalipsis 12:4).

     Satanás es llamado el príncipe de la potestad del aire Satanás es presentado como un dragón en Apocalipsis 12:13; 20:2. Satanás ha abusado de la autoridad y el poder que posee (Lucas 22:53; Colosenses 1:13) y será castigado por ello.

     Según el monoteísmo riguroso de la Biblia, este ser sobrehumano fue creado por Dios y está sujeto a su voluntad soberana. Satanás, por ejemplo, aparece como uno de los hijos de Dios que rinden informes ante el trono, y necesita el permiso divino para tocar al piadoso Job (Job 1:6 al 2:7, compárese Lucas 22:31).

En Zacarías 3:1 siguientes no se había desarrollado todavía el concepto pleno de Satanás como un ser maligno, pero en 1 Crónicas 21:1(compárese 2 Samuel 24:1), donde el sujeto es Jehová (DEMONIOS), es evidente la hostilidad implacable de Satanás. Asimismo, aparentemente Jehová manda un espíritu mentiroso como instrumento de su voluntad (1 Reyes 22:19 siguientes) que, sin embargo, pertenece al ejército del cielo. La noción del acusador no aparece con frecuencia en el Antiguo Testamento; pero, ya sea que aparezca como abogado acusador o como principio demoníaco y destructivo, siempre está dentro del plan redentor.

     En el período intertestamentario varios conceptos originalmente independientes fueron combinados con la noción de Satanás: el ángel de la muerte, el principio del mal, la tentación interna del hombre, AZAZEL, el capitán de los demonios, etc. Se le identifica con la SERPIENTE de Génesis 3:1 siguientes (compárese Apocalipsis 12:9) y por consiguiente como fuente de la muerte (Sabiduría 2:24). Se le llama BELIAL, BAAL-ZEBUB y Sammael.

Es esencial recordar que en estos desarrollos Satanás sigue como una figura celestial, ya que una caída del cielo haría imposible su obra acusadora. Su identificación como príncipe de los ÁNGELES caídos aparece muy tarde y no influye en el Nuevo Testamento, ya que Lucas 10:18 describe una visión profética del Señor Jesús, y los otros pasajes aducidos (Isaías 14:12 al 17; Ezequiel 28:11 al 19; Judas 6) son también de tinte apocalíptico y describen el triunfo final de Dios.

     Los rabinos asimismo daban poca importancia a Satanás. Solían asociarlo con el impulso maligno interno del hombre y lo llamaban el tentador (compárese Mateo 4:3; 1 Tesalonicenses 3:5).

     Dos ideas sobresalen en el Nuevo Testamento: la antítesis absoluta entre Dios y Satanás y la victoria del Reino de Dios sobre él. Satanás es el príncipe o dios de este mundo que dispone de sus reinos (Juan 12:31; 2 Corintios 4:4; Lucas 4:6) y mantiene dominio sobre la mayoría de sus habitantes (Mateo 6:13). Guárdanos del maligno; Hechos 26:18; Colosenses 1:13. Es el fuerte que, armado, vigila sus bienes (Marcos 3:27).

El hombre no puede, sin la gracia divina, escapar de su esclavitud. Por tanto, con el consentimiento humano, la hegemonía de Satanás produce un MUNDO cuyas obras son malas (1 Juan 3:8; 2:15, 16), y Satanás mismo es padre de todo lo funesto (Hechos 13:10; Juan 6:70; 8:44).

     Desde el nacimiento de Cristo, Satanás hizo todo lo posible por destruirlo y estorbarle en su ministerio (Mateo 2:16; compárese Apocalipsis 12:3, 4). La tentación en el desierto (Mateo 4; Lucas 4) fue una tentativa satánica de arruinar el ministerio de Cristo. El hecho de que, después de la tentación, Satanás se apartó de él por un tiempo (Lucas 4:13) significa que volvió a tentarle en otras ocasiones (compárese Hebreos 2:18; 4:15).

Cristo vino precisamente para deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8; Hebreos 2:14), y por eso Satanás se opone a toda su obra. Cuando Pedro protestó por la idea de la muerte de Cristo, este le dijo: (Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo (Mateo 16:23). La traición de Judas fue instigada por Satanás. (Lucas 22:3; Juan 13:2, 27).

     La destrucción que Satanás ha efectuado abarca procesos nefastos de toda índole (Marcos 3:23 siguientes; Lucas 13:11, 16; 1 Corintios 5:5; 2 Corintios 12:7; 1 Timoteo 1:20) que a menudo son efectuados por sus súbditos, los demonios. En este sentido Satanás tiene el imperio de la muerte (Hebreos 2:14).

Tras el paganismo están los demonios y, en fin de cuentas, su capitán (Hechos 13:10; 1 Corintios 10:20). Satanás no deja jamás de ser el acusador (Apocalipsis 12:10). Contra este reino satánico, Cristo alza el estandarte de Dios. Él ha atado al fuerte y saqueado sus bienes; por Él el adversario es echado del cielo (Apocalipsis 12:10 al 13; Juan 12:31; Lucas 10:18). Aun así, a Satanás le queda algo de tiempo en la tierra (Apocalipsis 12:12).

     En los primeros días de la iglesia, Satanás aparece como protagonista hostil (Hechos 5:3; Romanos 16:20; 1 Corintios 7:5; 2 Corintios 2:11, etc.) que arrebata la semilla del evangelio (Marcos 4:15) y siembra otra que es espuria (Mateo 13:25). Aunque los cristianos son salvaguardados de Satanás (2 Tesalonicenses 3:3) y le han vencido (1 Juan 2:13), se les exhorta a combatirle con todas sus fuerzas (Efesios 6:10 siguientes).

     En los últimos días, Satanás llama al ANTICRISTO y al falso profeta para que estos le sirvan (Apocalipsis 13:2, 11; 2 Tesalonicenses 2:9 siguiente). Su éxito inicial es evidente, pero la SEGUNDA VENIDA de Cristo resulta en la derrota del triunvirato satánico, y Satanás es echado en cadenas al ABISMO. Después del MILENIO, queda suelto brevemente, pero de nuevo Dios lo derrota y finalmente lo arroja al tormento eterno en el lago de fuego (Apocalipsis 20:1 al 10).

Testimonio de Maximo Martínez, conocido antes de convertirse a Jesús, como Freddy el Brujo. Fue sacerdote satánico. Y testifico lo siguiente:

- Hablé con Satanás unas 2,000 ocasiones en 40 años y físicamente es Blanco, rubio de ojos azules y hablar pasivo.

Posiblemente su figura real, luego de ser expulsado del Trono de Dios, sea grotesca como muchos quizás lo han visto.